La plaza de Argüelles

Agosto 2023. Cádiz

Desde esta situación de la plaza de Argüelles de Cádiz podemos observar al fondo la arboleda de la plaza de España, una de torres miradores de la Casa de las Cinco Torres y, a la derecha, más cerca a nosotros, la esquina de esa extraordinaria manzana que es la Casa de las Cuatro Torres. Vamos, que en esta ubicación la cosa va de torres miradores.

El nombre de este espacio, antes denominado Plaza de la Nieve, recuerda a Agustín Argüelles, destacado miembro de las Cortes de Cádiz y autor del preámbulo de aquella Constitución de 1812.

Es un lugar muy tranquilo y con una interesante perspectiva, que es lo que me motiva a realizar este pequeño apunte. Detrás mía las cinco manzanas de corte neoclásico que constituye el barrio de San Carlos, resultado de una interesante operación urbanística del Cádiz del siglo XVIII. Nos encontramos en una punto de conexión entre la Alameda y San Carlos.

El Mercado de Triana

2014-11-01 16.28.39-2Para detectar el carácter de la población de una ciudad hay una serie de lugares imprescindibles de visitar. Uno de ellos son los mercados. La forma de exponer, presentar los productos, la conversaciones, la mayor o menor limpieza, la forma de comprar, el público… Todo un espectáculo visual y auditivo.

El Mercado de Triana es un espacio donde se puede comprobar todo eso. A todo lo comentado hay que añadirle que se encuentra sobre los restos arqueológicos visitables del Castillo de San Jorge (Castillo de la Inquisición). En definitiva, mientras dibujaba esta escena, pensaba que verdaderamente se puede decir que un importante conjunto de sensaciones confluyen este espacio…

Diálogo entre una torre industrial y una columna urbana

2014-11-15 23.50.48-1Dibujando con mi padre (15.11.2014). Desde la Alameda de Hércules y mirando hacia el norte, podemos distinguir cómo una de las cuatro columnas que presiden los extremos de este amplio espacio urbano, conversa con una torre, una torre industrial, la «de los perdigones». Desde mi ubicación creo que estos dos singulares hitos urbanos -uno del siglo XVI y otro de finales del XIX- se alzan sobre el caserío y, seguramente, intercambian impresiones de las cosas que han visto en sus respectivos tiempos. Desde aquí la imagen me sugiere que la Torre de Los Perdigones se empina desde la Resolana, como si quisiera dialogar con ese león que se sitúa encima del capitel, para decirle «Quillo, suelta un ratito ese escudo que tienes agarrao, que pareces un mimo de esos de la Avenida».

La diosa Hispalis de la Puerta de Jerez

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Dibujando con mi padre (02.11.2014). Desde de un banco «tipo sarcófago» de la Puerta Jerez, observo, mientras espero a mi padre, la perspectiva de la Avenida de la Constitución, situándome con la fuente en primer término. La escena urbana me sugiere la siguiente reflexión:

La diosa Híspalis, desde aquí, tiene un telón de fondo que nos habla de las diferentes arquitecturas de este entorno: Al fondo el Edificio Aurora (1936) y la Catedral. Más próximo la Capilla de Sta. Mª de Jesús (Colegio-Universidad del 1500) junto con las desafortunadas actuaciones de los 70 y el alto y personalísimo edificio de Espiau hijo, de 1954… Pues ahora, a Híspalis parece ser que le van a colocar de nuevo las esculturas que muchos sevillanos no han conocido, las denominadas «los meones».

Paseos con mi padre

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Dibujando con mi padre (12.10.2014). Por Pío XII, mi barrio de pequeño. Los fines de semana doy algún paseo con mi padre. Unas veces por el centro y otras por estas calles.
Desde cualquier velador, a la vez que vamos urdiendo una pausada conversación con café o copita, tomo un apunte de estos espacios urbanos que abandoné en el 88.

El meridiano 0 no pasa por Greenwich

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En la confluencia de las calles San Félix y Corralón de los Carros en Cádiz, se sitúa una singular taberna, El Manteca. Lo que se puede degustar allí, el ambiente de la gente que lo frecuenta, el barrio de la Viña… Todo me sugería una idea mientras tomaba este apunte urbano hace unos días. El meridiano 0 no debía pasar por Greenwich, si no por ese sitio. No en vano desde finales del siglo XVIII hasta casi finales del XIX rigió el de San Fernando.